viernes, 29 de agosto de 2008

Y no es que no supiera

que el amor es así,

tan terriblemente azaroso

y virulento.

No es que no supiera

que en el amor se debe

andar con cuidado,

de puntillas,

deambular en él con la

gracia de un insecto,

distraerse de sus misterios,

inhibir todo rastro de

curiosidad felina

para no sacudirlo

de su agudo letargo.



El amor es la razón que duerme.



Es el díscolo de la lógica,

el eterno sinsentido que

provoca y desorbita,

la trampa más ingenua,

la moneda más leonina.



Es la entrega suspicaz

de un eterno beso aleve,

la única y primitiva causa.

El motivo.







jueves, 7 de agosto de 2008

De lo cadencioso a lo errabundo.

De lo silencioso a lo tibiamente canalla.

De lo recóndito a lo ficticio.

De lo real a lo afrodisíaco.

-¿Ya-no-me-extrañas?-


Miréia: ¿Por quién doblan las campanas?

-Darle agua al vencido-

jueves, 24 de julio de 2008

Los hombres mustios

tienen de pasos colmada

la avenida del desvelo.

Su andar gravita en

blandengues miembros,

ínfimas sombras,

son manantial de pena

lavando el pavimento.


Se escurren

ácueos,

bañan los lunes

de las secretarias,

brisan las albas

de los colegiales.

Marchan pausado,

naufragan insolentes

en la benevolencia

del tiempo.


Y son sus sombras

paquidermos sosegados

vertiendo desgana

en las avenidas.


II

Diez peéme.

Los edificios vomitan

restos de hombre mutilado.


Comienza la marcha nocturna

de redención: el individuo

cava con sus pasos insomnes

la vereda a casa.

Trinchera del hombre

-que a veces lobo-

sosiega el hastío en caldera.


III

Los hombres mustios

viven en cacería constante,

insalubre.


Sus batallas cuerpo a cuerpo

son con la tiranía

de la costumbre,

y el reinado de las

imposibilidades.


Sueñan, pero aún sus

sueños son profundamente

lánguidos.


Y se desdibujan con la

misma precisión

que su voz hueca resuena

en ninguna parte.


IV

Los hombres mustios

tienen de pasos colmada

la avenida del desvelo.

Su andar gravita en

blandengues miembros,

ínfimas sombras,

son manantial de pena

lavando el pavimento.